El Centro Cultural APEC, CULTAPEC, ha sido concebido como un proyecto especialmente dirigido a la promoción de la cultura nacional y universal, por lo cual resulta pertinente definir el concepto de cultura que sustentará su praxis. Para tales fines se tomará como referente la definición establecida en la Ley 41-00, que crea la Secretaría de Cultura de la República Dominicana (hoy Ministerio de Cultura), la cual toma como base la adoptada previamente por la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales celebrada por la UNESCO (México, 1982): “Por cultura debe entenderse el conjunto de los rasgos distintivos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprenden, además de las artes y las letras, modos de vida y de convivencia, derechos humanos, sistema de valores y símbolos, tradiciones y creencias, asumidos por la conciencia colectiva como propios” (Título I, Capítulo I, Artículo I, Ley 40-00, Gaceta Oficial n.° 10050, del 5 de julio de 2000).
Asumiendo una visión amplia del contenido material de la cultura, APEC entiende la producción de nuevo conocimiento, incluido aquel de carácter humanístico, científico y tecnológico, como componente de la cultura de los pueblos.
El desarrollo de este proyecto, además de promover la cultura, incide directamente sobre el desarrollo humano y la educación en todos sus ámbitos. Como señalara en 1997 Javier Pérez de Cuellar, Presidente de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo ONU/UNESCO, “el desarrollo va más allá de los indicadores de productividad y la eficiencia macroeconómica. Más que un objetivo, constituye un proceso que da a las personas y sus comunidades mayor libertad para hacer lo que realmente les interesa y poder realizar sus aspiraciones”. Para que esto sea posible se requiere de una mayor comprensión de los saberes propios y universales, lo cual es favorecido por proyectos que intermedien entre las comunidades y la cultura (gestión cultural), complementando la creación de capital social para el país. Esta propuesta se inscribe dentro de ese propósito.
Finalmente, APEC cree en el compromiso espiritual y material de todos los sectores de la sociedad en la construcción de un mundo mejor, razón por la que asume nuevamente el rol de articuladora de voluntades.